Los nuevos hábitos de trabajo que ha generado la crisis hace que las empresas de “coworking” tengan que adecuar la oferta a la demanda surgida, ya nada será como antes, las empresas se han dado cuenta de que la flexibilidad es un activo casi tan importante como cualquier otro y el trabajo a distancia ha llegado para quedarse, es en ese modelo mixto entre lo presencial y el teletrabajo donde los espacios flexibles han encontrado una nueva oportunidad. Los nuevos hábitos de los trabajadores obligan a las empresas a reorganizar centros y sedes.
Estudios recientes indican que, frente a la rentabilidad de la oficina tradicional, de entre el 5% y el 7% actualmente, el modelo de “flex-office” ronda entre el 20% y el 25%, en función de la ubicación y del tamaño. El mantenimiento de una oficina tradicional es más caro que el uso de oficinas flexibles cuando solo se usa de manara óptima el 60% de la oficina.
Estos espacios disponen de equipo de recepción, back-office con atención personalizada a los clientes, atención de de llamadas o recepción de correspondencia, organización de reuniones, etc.. No es necesario invertir en mobiliario, reformas o suministros y el mantenimiento de las instalaciones siempre corre a cargo del centro.
Se vaticina que el futuro de estos espacios, especialmente en España, es muy esperanzador y no parará de crecer en los próximos años gracias a su flexibilidad y su gran ventaja : EL AHORRO